No queda más que tú, no queda más que yo, en este extraño salón sin
nadie que nos diga donde, como y cuando nos besamos. Tenía ganas ya
de pasar junto a ti unos minutos soñando, sin un reloj que cuente las
caricias que te voy dando; juramento de sal y limón, prometimos
querernos los dos.
Quiero que siga asi, tu alma pegada a mi mientras nos quedamos quietos,
dejando que la piel cumpla poco a poco todos sus deseos. Hoy no hay
nada que hacer, quedemonos aqui contandonos secretos, diciendonos bajito
que lo nuestro siempre se hará eterno; fantasía en una copa de alcohol,
prometimos volver a vernos.
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