sábado, 17 de agosto de 2013
Me arden las noches y me escuecen las heridas. Me pesa lo falso, me agobian las mentiras. Amo lo prohibido, me excita lo imposible. Mastico las tardes y me fumo lo marrón y lo verde. Odio que me controlen y que me digan lo que tengo que hacer. No me gusta esperar, pero me gusta que me esperen. Me río con ganas y sin ganas también. No me amarres ni intentes protegerme y ni intentes jugar conmigo porque te aseguro que perderás. Si me insultas, te respondo, si me ignoras pues te ignoro. No me equivoco casi nunca, me equivoco casi siempre. Raramente aprendo de los errores, pero me da igual la vida es eso: Equivocarse cada dos por tres y madurar con los daños, no con los años .
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